Amor de Cuaresma

Esta temporada de Cuaresma, que comienza el 14 de febrero, día de San Valentín, nos presenta una oportunidad única: leer esta temporada a través de las lentes del Amor. Es una oportunidad para reflexionar no solo sobre las prácticas tradicionales de ayuno (que pueden ayudarnos a crecer en libertad), oración y dar limosna, y no verlas como fines en sí mismas, sino usarlas para ayudarnos a convertirnos en personas más amorosas.


En las sabias palabras de San Ignacio, el amor se muestra más a través de acciones que de palabras. Esta Cuaresma, encarnemos este principio siendo conscientes activamente del amor de Dios por nosotros, y demostrando amor en nuestras interacciones diarias y relaciones. Actitudes como la bondad, la comprensión y la compasión son formas tangibles de crear olas de impacto positivo a nuestro alrededor.


Además, San Ignacio dice que el Amor se trata de intercambio mutuo y de compartir dones. Nos invita a considerar cómo podemos ofrecer nuestros talentos únicos y bendiciones para enriquecer las vidas de otros. Pero antes de extender este amor hacia afuera, es esencial reconocer la fuente última del amor: Dios. El amor de Dios se ejemplifica en su comunicación con la humanidad y en compartir sus dones con nosotros en la creación a nuestro alrededor y los innumerables dones que nos ha otorgado, mostrando un amor que es activo y generoso.


Esta temporada nos desafía a reflexionar sobre cómo Dios comunica este amor y nos lo ofrece continuamente. Es un recordatorio de la libertad que se nos da para aceptar este amor divino y, a su vez, compartirlo libremente con otros. Al embarcarnos en este viaje cuaresmal, abramos nuestros corazones al poder transformador del amor, permitiendo que guíe nuestras acciones e interacciones.


Al abrazar este espíritu de amor, encontramos la verdadera esencia de la Cuaresma y el camino hacia una existencia más plena y compasiva. Que este sea un tiempo de renovación, donde el amor, en su forma más genuina, se convierta en la piedra angular de nuestras vidas. Amén.