Promesas de Nuestro Señor

Uno de mis rezos diarios favoritos es el Ángelus.

Para mí, es una invitación llena de gracia a entregar mi día a Dios, como lo hizo María, al vivir esa oración.

Antes de la oración de cierre, hay un antífona y una respuesta que siempre me hacen detenerme.

La petición dirigida a María es la siguiente:

"Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios;

para que seamos dignos de las promesas de Cristo."

Siempre me encuentro invitado, en ese momento, a considerar: ¿Cuáles SON esas "promesas"?

Si busco en los Evangelios, descubro varias de ellas.

Y, si soy honesto conmigo mismo, siempre debo reconocer que la lista es interminable (y, como las misericordias de Dios, "nuevas cada día").

Pero aquí hay una que a menudo brota en mi propio corazón:

"Pide, y se te dará; busca, y encontrarás; toca, y se te abrirá" (Lc. 11,9).

¡Qué bendita seguridad es esa!

Pero eso es solo el comienzo de una conversación a la que Jesús me está invitando a tener con Él.

Una conversación que me invita a la humildad y a la dependencia de Su amor y providencia para buscar lo que Jesucristo sabe que es el sueño de Su Padre para mí.

Y a preguntarme: ¿qué promesas quiero hacer a cambio de ese amor?

Dediquemos algún tiempo a pedir por las promesas que el Señor le está haciéndonos.

Nos llevará a encongrar gracias.

¡Te prometo!

Padre Mike French, SJ