Nuestro Ascetismo Silencioso

Sabemos que, en la Iglesia primitiva, el ascetismo era algo muy importante. Muchos hombres y mujeres se fueron a vivir a desiertos, sobreviviendo con muy poco y rezando mucho. Algunos hicieron cosas espectaculares, como rezar los 150 salmos todos los días.

Nosotros practicamos una forma de  ascetismo aunque no vivimos en un desierto. El nuestro es más tranquilo y está prácticamente escondido. Nosotros creemos a pesar de nuestro mundo secular. Esperamos en Jesucristo a pesar de los constantes asesinatos en masa.  Confiamos en que el Espíritu Santo está dando forma a la Verdad en nosotros mientras los medios de comunicación difunden prejuicios extraños y mentiras. 

Los padres tienen que tener una ascesis. El adolescente tiene una ascesis. Los ancianos también tienen una, soportando con paciencia. Nos levantamos cada mañana y saludamos al Señor con la oración, aunque uno de cada cuatro de nuestros ciudadanos americanos son "nones", afirmando no tener religión. Y muchos niegan a Dios. Permanecemos castos mientras el sexo está desbocado en  todo nuestro rededor.  

Nuestro mundo no ve nuestro ascetismo y, si lo ve, se burla de él.  Pero nosotros seguimos rezando en silencio, confiando en Dios y amándonos unos a otros en el nombre de Jesucristo. Ese es nuestro ascetismo.